y a tu hija no hallaste,
en la depresión caíste
y la maldición echaste
sobre toda la tierra
por la que caminaste.
La diosa y madre tierra, con las espigas de trigo en su cabeza, angustia por la pérdida de su hija. Fuente: Aquí |
Así nacieron los desiertos
las zonas áridas,
los terrenos infértiles
donde no se cultiva fruto
ni los retoños florecen,
porque todo allí muere,
como sus ganas de vivir
cuando ella no viene.
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