Photo by Bruce
Dixon on Unsplash
|
Tú no me conoces de verdad.
Ni yo te conozco a ti,
pero se siente hermoso
cuando sonríes para mí.
Tus ojos iluminan,
me quitan la paz.
Siento mi cuerpo caer
solo con tu hablar.
No sé si es solo atracción
por tu sensual caminar,
pero pierdo el aliento
cuando te veo marchar.
Es difícil ver a través
de esta nube de cordialidad.
Pero no me quejo,
bien me podrías ignorar.
No espero nada,
solo que te alegres más.
Puesto que verte feliz
me hace olvidarme del pesar.
Me gusta verte reír.
Carcajearte hasta llorar;
ese hermoso hoyuelo
un día me va a matar.
Y ni hablemos de ese cabello
que provoca acariciar
hasta que te quedes dormido
en una cortina de paz.
Esos brazos fuertes
hechos para abrazar,
son perfectos para otorgar amparo
en las frías noches llenas de tenebrosidad.
Y podría seguir y seguir
porque cualidades tienes para regalar,
junto con esos pequeños defectos
que te hacen especial.
Puesto que nos demuestran
que lo imperfecto también puede cautivar.
Pues en todo hay belleza,
solo hay que saber mirar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario