Porque ansío realidad
y eso es algo que no me puedes otorgar.
Vives ahí, en lo onírico: meditabundo.
¡Dejándome la carga de este feo mundo!
Quiero verte y, a la vez, no.
Porque deseo amarte
y no puedo hacerlo.
Debido a que tú no existes aquí.
No existes allá,
¡No existes en ningún lugar!
Solo eres parte de ese sueño:
Reflexivo, extraño, cautivante…
No eres más que un fiel reflejo de esta soledad.
No eres más que un consuelo sin igual.
Ya que no vives, no ríes, no amas, no sueñas.
Y yo, tristemente, no lo entiendo.
Quiero verte y, a la vez, no.
Porque requiero tocarte
y te esfumas cuando me acerco,
cuando intento traspasar el velo;
ese que separa nuestros mundos
y mantiene a raya el disgusto
de verte más allá de lo que imagino.
Dejando todo rastro de vestigio
de aquello que me envuelve en lo profundo.
Quiero verte y, a la vez, no,
¡porque no eres real!,
y eso es algo que no puedo soportar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario