de este a oeste.
Reina, madre y guerrera.
Tu nombre, una oración.
Tu piel, la perdición.
Templos se erigieron
para adorar tu perfección.
Dualidad infinita
la que te caracteriza,
Como Venus en Mesopotamia:
Una estrella al alba
y un lucero al asomarse el ocaso.
De amor e ira te atavías,
seduciendo almas descarriadas.
Fuerte y poderosa,
cual león infernal,
fuente de sustento y fertilidad.
Dama del cielo,
posees la tierra, los Mes y el averno.
Deidad compasiva,
caprichosa y emotiva.
Prostitutas se unen en la carne,
como un vasallaje
de servil liberación.
Reclamando tú presencia,
buscando la apoteosis…
En la cual la tierra prospere
y los reyes se demuestren.
Tu danza es legendaria,
fruto innato de duplicidad.
Divinidad vengativa y piadosa,
que con actos y canticos honran
tanto en Tigris y Eúfrates
como en Uruk, antes de ser tiempo,
favorecido por Eanna, la morada de Istar.
Fuente: aquí |
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