El lobo siempre será el malo en la historia anterior,
porque Caperucita así lo decidió.
Pero la verdad radica en que él no planeó
el angustioso acto que a la abuela de Caperucita liquidó.
Todo comenzó un día, cuando él con la susodicha se encontró;
ella le preguntó si a su abuela podía él comer,
para ella quedarse con todo el poseer
que la anciana tenía en su haber.
Pero el lobo no aceptó esa vil ejecución.
Caperucita, molesta, cumplió el acto y a la pobre abuela asesinó.
Y como el cuerpo se descubrió
a lobo la culpa ella echó.
Así fue como al pobre animal el chaparrón descendió,
porque nadie creyó en lo que un pobre diablo les expresó.
Y la dulce niña, maquiavélica hasta el hueso, libre quedó
contando la historia que ustedes escuchan hoy.
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